La función principal del hígado es neutralizar y eliminar las toxinas del cuerpo. Si no lo hace, las toxinas pasan a la sangre de forma inmediata y, por lo tanto, llegan a otros órganos y tejidos, lo que tiene consecuencias irreversibles. Incluso las personas sanas necesitan tomar medidas preventivas con regularidad. Aquellos que ya experimentan síntomas deben comenzar a resolver el problema ahora mismo.
El hígado no tiene terminaciones nerviosas, por eso, sus enfermedades no se manifiestan durante mucho tiempo. Se desarrollan de manera tan imperceptible que a menudo se diagnostican a las personas cuando no tiene sentido tratarlas. Según los datos oficiales, el 89% de los casos de enfermedades hepáticas terminan con la muerte en etapas posteriores.
¿Quién está en riesgo?
Las enfermedades hepáticas ocurren tanto en hombres como en mujeres. Pueden ser causadas por el abuso del alcohol, hábitos alimentarios poco saludables (alimentos ricos en grasas, sal y calorías, comida rápida), enfermedades infecciosas (hepatitis viral) o predisposición genética. A veces, las enfermedades del hígado son causadas por la ingesta prolongada de medicamentos y por los parásitos que ingresaron al cuerpo. Los anestésicos utilizados por los dentistas para aliviar el dolor y la anestesia general merecen una atención especial. Todas estas cosas tienen un efecto negativo sobre la función hepática.
Síntomas
Si cree que las enfermedades del hígado siempre se manifiestan con dolor abdominal en el cuadrante superior derecho, está equivocado. La función hepática adecuada es importante para todo el cuerpo, por eso puede encontrarse con una variedad de trastornos. Entre ellos se encuentran:
Cambios en la piel (por regla general, son el signo de desarrollo de cirrosis):
- enfermedad amarilla (tanto la piel como las membranas mucosas se vuelven amarillas);
- piel morena en el área de las axilas y/o en el área pélvica;
- irritación, rascado;
- erupciones;
- manchas de vascularización;
- manchas blancas en las uñas;
- trastornos menstruales/problemas de potencia sexual.
Cirrosis
Trastornos del tracto gastrointestinal (a menudo son un signo de la enfermedad vascular del hígado, el absceso ):
- malestar, sensación de pesadez, sensación de estar ''demasiado lleno'', dolor abdominal en el cuadrante superior derecho;
- náuseas;
- diarrea o estreñimiento;
- heces incoloras u orina oscura;
- olor de aliento dulce o "parecido a pescado".
Absceso hepático
Trastornos del sistema nervioso (en muchos casos, es una señal de avance encefalopatía hepática que puede terminar en coma o muerte):
- falta de energía irrazonable;
- reducción de la productividad;
- insomnio, somnolencia;
- ansiedad o poca agilidad mental;
- disminución de la memoria;
- convulsiones.
Encefalopatía hepática
Si experimenta 2 o más de los síntomas enumerados, ¡comience a resolver el problema lo antes posible!
Cómo resolver y prevenir el problema:
Antonio Hidalgo
gastroenterólogo, 35 años de experiencia laboral
El pilar del tratamiento del hígado es el uso excesivo de sustancias químicas en los fármacos. El hígado dañado no puede procesar las sustancias químicas que contienen los medicamentos. Un tratamiento como ese ofrece resultados rápidos, pero solo alivia el dolor sin restaurar las células dañadas.
Los métodos populares son menos duros. Son naturales y seguros para el cuerpo. Sin embargo, para obtener un efecto notable, debe tomarlos durante años. Como regla general, los pacientes no tienen tanto tiempo...
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Recuerde que siempre es mejor prevenir la enfermedad porque puede descubrir que la tiene cuando sea demasiado tarde para tratarla. ¡No descuide las medidas de prevención y vigile su salud!
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